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¡No al volunturismo!

¡No al volunturismo!

¡OJO!

Un nuevo sector muy lucrativo está en pleno auge desde hace algunos años. Se trata del turismo humanitario, también conocido como «volunturismo». Son muy frecuentes las «agencias» de ese tipo que usan los métodos comerciales del turismo de masas so pretexto de actuar por el voluntariado internacional. Su objetivo es simple: aprovecharse de la miseria y del desamparo de algunas poblaciones y de la buena voluntad de los jóvenes para sacar beneficio. ¡Las sociedades comerciales de volunturismo «venden pobreza» a precios exorbitantes a cualquier alma buena en busca de sentido en su vida!

En concreto, esas empresas convierten países pobres en inmensos parques de atracciones donde la ilusión aparente y los buenos sentimientos generan grandes ganancias… El turismo humanitario no es más que una nueva forma de racismo, con volunturistas vistiendo el traje de «salvador occidental» y viajando a ayudar a los «pobres africanos necesitados». Y si eso te recuerda alguna ideología de la época colonial, ¡es normal!

LA OFERTA Y LA DEMANDA DE UN PRODUCTO NUEVO: GENTE POBRE

Por lo tanto, esas agencias de viajes no organizan sus proyectos en función de las necesidades de los pueblos locales, sino en función de la oferta y de la demanda que ellas reciben. Resulta en un amplio mercado que responde a las fantasías de los volunturistas. Ellos, por consiguiente, pueden irse a hacer de médicos, jefes de obra o cualquier otra profesión que ejercen de forma totalmente improvisada sin tener las competencias necesarias. ¡Un joven sin ningún título, a veces menor de edad, puede llegar a ser enfermero o profesor en un país que no conoce para nada!

A través de imágenes miserabilistas o patéticas y autorretratos caricaturescos, la situaciones creadas por estas empresas incrementan los estereotipos sobre los voluntarios, aumentan las desigualdades y convierten la pobreza en un paisaje turístico. Y ese montaje parece tan creíble que las compañías de volunturismo no dudan en vender sus proyectos a precios exorbitantes.

¡CONQUE VAS A SALVAR EL MUNDO, CHAVAL!

Aprovechan con éxito el concepto «humanitario» para convertirlo en un producto de consumo duradero, en una mercancía exótica. Es bastante común que un voluntario tenga que pagar entre 1000 y 2000 euros (excluidos los costes de transporte) para pasarse dos semanitas en un país en vía de desarrollo.

Frente a este fenómeno, el SVI quiere informar y concienciar a la gente sobre ese tipo de prácticas y sus consecuencias devastadoras sobre las poblaciones locales y el sector asociativo. Puesto que somos una asociación sin fines de lucro y Organización de juventud (OJ) acreditada, nuestra meta es impulsar iniciativas voluntarias, ¡no aprovecharnos de la miseria y de la solidaridad!

 

¿A quién debes dirigirte?

Antes de comprometerte en un proyecto voluntario internacional, es importante que tengas acceso a las informaciones importantes y que alguien te acompañe en todos tus trámites. Por eso el SVI, al igual que cualquier otra asociación que milita por esta causa, te puede ofrecer su experiencia y su peritaje en la solidaridad internacional. Con nuestros asociados locales con quienes trabajamos de igual a igual, no salvarás el mundo. Vivirás un intercambio intercultural en el respeto de todos.

¡NO!

¡Nosotros no creamos los proyectos adonde enviamos voluntarios, porque no conocemos la reales necesidades de las poblaciones locales! Estos proyectos los proponen nuestros asociados en los países.

Si deseas irte de voluntariado internacional, pasa por el sector asociativo. ¡Las agencias de viajes no tienen nada que ver con la solidaridad! ¡Ganancia y voluntariado son palabras opuestas!

Aquí encontrarás más información:

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